domingo, 14 de febrero de 2010
60. LA ISLA PENDIENTE.
La Palma es la isla pendiente. Cae de pronto hacia el mar, repleta de vegetación, de casas, de laderas arriba y riscos abajo.
El espacio agrario se confunde entre coladas y pinos con el espacio natural. Por eso, aquí, pocos impactos producen sin embargo mucho ruido ambiental. Machacadoras de lava principalmente. Las infraestructuras sin embargo no se manifiestan. Las nuevas carreteras no producen grandes impactos.
La Gomera, una isla de ensueño, está siempre allá enfrente. Sombra iluminada a esta hora de la mañana entre las nubes que la capotan.
El mar es el referente de la isla y este mar de La Palma asusta.
Está allá abajo, muy cerca, haciéndole cabriolas a las corrientes, apareciendo a veces ardiente y con peces muertos, sinónimo de eventos volcánicos cercanos, terremotos, lavas hirvientes que hace que para los palmeros mirar al mar sea siempre obligatorio.
No está nunca echado. Parece que siempre está expectante. Vigilando a la tierra que consiguió rebasarlo, superarlo. Con ganas de acarrearla de nuevo a sus profundidades. Matando el orgullo de esta tierra levantada hacia las nubes.
El sol se va para América desde aquí.
Viene de las islas de enfrente.
Y La Palma es la proa de este barco archipielágico que es Canarias. Se sabe punta en la travesía. Y ve irse al sol, con mirada enrojecida, retadora, desafiante para con su viaje iniciático, con su viaje de tótem impenetrable.
Por eso, desde el amanecer, La Palma, siempre coqueta, se peina con las nubes sus colinas y laderas verdeantes.
En este Norte insular no hay hueco para otra cosa.
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Aquí mismo dices "Parecen sensaciones guardadas para los artistas" (las emociones que lo natural despiertan en el alma)... y yo creo que son sensaciones guardadas para quien anda con el alma abierta. Y así queda uno, después: empapado de belleza, inspirado, también.
ResponderEliminarPreciosa descripción, y motivante blog.
Felicidades.