martes, 29 de marzo de 2016

175. DE SVENSSON A SVENTENIUS. EN BUSCA DEL ORIGEN.

Mar y Murtra. Salitre mediterráneo y aroma de mirto. Un jardín en el litoral del Maresme que se forja en menos de 100 años. En 1920 eran terrenos de cultivo de viñas en pendiente y garrigas en los cantiles.
Hoy acoge un tesoro de más de 3000 especies botánicas que van desde ejemplares del mundo subtropical al templado y mediterráneo. Desde el karroo sudafricano a los matorrales californianos, desde los palmetum americanos a los tabaibales macaronésicos.
En sus costas y rocallas se juntan bloques de hierbas, arbustos, árboles, palmas, dracaenas, Cordylines, araucarias, almácigos chinos, pinsapos andaluces con zingiberaceas escondidas en una especie de recreación de una pequeña selva tropical.
Palmas como Jubaea chilensis tienen troncos que no los puede abarcar un humano. Y unas extrañas compuestas californianas se mezclan con las cerrajas canarias...
Nada mas entrar a través del edificio Karl Faust, diseñado por el arquitecto noucentista Goday tapizado por glicinias y ficus trepadores, nos recibe una imagen muy querida.
Una rocalla con Tanacetum en flor, granadillos, verodes canarios, siemprevivas, dragos, lotus, retamas grancanarias... engalanan uno de los paseos dedicados al pater botanicus canariensis.

Antes de su transformación latina en Sventenius, Eric Svensson se ensoleró como jardinero y botánico en estas huertas del Mediterráneo. Miradores, plazas y senderos recuerdan a los distintos hacedores de este Jardí, sueño de Karl Faust.

Entre los botánicos Font Quer, Cuatrecasas, Braun-Blanquet, Pau, Palau i Verdera, Bahi.. Entre los arquitectos paisajistas Zenon Schreiber, Guillermo Narbehaus, Miguel Aldrufeu- discípulo de Rubió i Tudurí-y, entre los jardineros Avelio Rabassa..
También Margalef estuvó en el lugar y un ideario romántico recorre algunos lugares con poemas de Goethe, guiños a Epicuro y el Templete dedicado a Linneo...
Es un jardín abigarrado y denso por zonas. Crecen suculentas de Sudáfrica, extraños áloes gigantes que graduan sus formas y colores, desde sus bases de hojas resecas a sus grandes hojas espinosas y suculentas que van desde el naranja a los tonos verdes claros.
Un enramado paseo donde los muros se tapizan con un ficus cuasi leñoso, Ficus pumila, con higos de tonos violetas que sobresalen entre la maraña de hojas, conduce a una pequeña selva subtropical con bananas, zingiberaceas, palmas tropicales entre las que destaca una espectacular Jubaea chilensis y que bordean dos pequeños estanques con flora acuática. Ahí en medio ejemplares de Monstera deliciosa, costillas de Adán, resaltan entre tamices de clivias en flor..

En ese maremagnum verde, algunas Cordyline florecidas aromatizan el recinto. Semele gayae y pelagornios floridos bordean uno de los muretes.
Allí en medio un pequeño busto homenajea al mecenas del jardín Carl Faust
Hay pies de árboles majestuosos como la Araucaria bidwilli o el Cupressus macrocarpa y extraños ejemplares emparentados con la flora canaria como Pistacia chinensis o un Myrsine africana de abigarradas y diminutas flores rojas...

En otro lugar un dosel de troncos de bambúes cierra un tramo del camino creciendo esbeltos y rectilíneos hacia el cielo. El suelo se tapiza con distintos tipos de bulbos donde me sorprenden los olorosos nardos que aún en mi infancia crecían en el jardín de Corvo...
En la sección etnobotánica, salvias, rosmarinos y tomillos olorosos te atraen al igual que los tajinastes azules de Madeira atraen a decenas de abejas que liban de sus flores en este cálido marzo..
El Templete de Linneo, al final de unas escalinatas bordeadas por cipreses te deja ver a su través el mar azul y verde mediterráneo y entre los acantilados de tonos claros de este rincón de la costa brava, un cormorán vuela cerca de las olas y varias gaviotas descansan entre las rocas..

Un yate se bambolea sobre un mar transparente frente a una cala cercana...
Eric Svensson se curtió en este jardin.. Algunos trabajos reflejan mejor su etapa en este lugar (CAMARASA, 2003; GARCIA GALLO (ED.), 2013, etc.) que tuvo un final un tanto azaroso. La guerra civil y el entorno social no lo supieron entender..
El siguiente salto cualitativo en su vida, tanto profesional como espiritual, lo conforma entre los pináculos y agujas cuasi orgánicas del Macizo de Montserrat.
Un espectáculo de caideros, riscales, fugas y paredes verticales donde se insertan como cuñas verdes muestras de un denso bosque mediterráneo, encinares, pinedas y matorrales esclerófilos orientados a todos los vientos  en este fragmento de sedimentos levantado por la orogenia del subsuelo de la cuenca del Ebro..

Cuando desde la autovía se destaca en el horizonte este macizo, como una masa de blancos y verdes con alturas que llegan a los 1200 msnm, atrae con una fuerza mítica..
A medida que te acercas se te elevan a los cielos las geoformas del macizo, sus piesdemontes boscosos y arbustivos te sobrecogen y hasta te imaginas- salvando las distancias y los orígenes- que te encuentras a los pies del macizo de Tamadaba, un particular montserrat canario con sus pinedas y laderas con palmeras....

Mar y montaña, horizontes azules y verdes, elevación espiritual del alma para alguien que como dijera Guillermo de  Humboldt en su visita a este lugar está en busca de su "montserrat" particular y único, ese lugar intimo y personal donde quieres refugiarte para conseguir tus mas elevadas aspiraciones.
Montserrat esconde un reto para ascetas y hombres solitarios. Tierra de penitentes y ermitaños a la búsqueda de una flor secreta escondida entre aquellos farallones. La mística de Montserrat actual se tiene que buscar lejos del Monasterio ...

Hay que perderse por sus senderos, disfrutar de sus rocas caídas, de sus pequeños y diminutos helechos escondidos entre rocas húmedas , del colorido azul de las globularias y del amarillo intenso de algunas de sus genistáceas que recrean un jardín natural que quizás dio ideas para el diseño del Jardín Canario.
Svensson encontró en esa montaña sacralizada por los monjes benedictinos a su otro yo, Sventenius, un hombre surgido de otro hombre, que fue el que después llegó a Canarias.

Más info:

GARCIA GALLO, ED., 2013. El siglo de Sventenius: homenaje en el centenario de su nacimiento (1910-2010).
LÓPEZ RAMIREZ & NAVARRO VALDIVIESO, 2010. Eric Ragnor Sventenius, fundador del Jardín Canario.
CAMARASA, 2010. SVENTENIUS EN CATALUÑA 1934-1943
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