domingo, 19 de noviembre de 2023

206. Un poco de cartografía


Mientras Begelteuse y Rigel caen hacia el oeste bajo un frio manto de nubes oscuras, observo a mis vecinos madrugadores. Esta madrugada hay nuevos participes en este amanecer. Los dos últimos pisos, a mi derecha, frente a la pastelería Sant Medir lucen su ventanas iluminadas. Otros días atrás no las he visto.

También otro, uno de los de en medio de los edificios que dan a la plaza de Joanic también están despiertos. La que nunca apaga todas sus luces es la vecina del 1º . Alguna oscura razón hace que nunca apague una de su luces.

¿Será posible hacer una cartografía de madrugadores? Por ejemplo, J. ya ha salido a la calle. Y eso que aun no son las cinco y media. Esta seria una cartografía de círculos concéntricos. Primero mi edificio, luego la primera línea frente al gran ventanal. Después los que despliegan sus fachadas a Joanic y a Pi i Margall. Mas hacia el fondo toda esa avenida que sube hacia Ronda Guinardó, expuestas al oeste. Después los lejanos, los de la subida a monte Carmel y el Turó de la Rovira, aquellos que son los primeros en recibir los rayos del sol y que refulgen con sus primeros rayos.

Después los que se dejan ver mas allá del carrer de Bruniquet, en medio de los vacíos urbanos no edificados, esos vacíos residuales inexplicablemente no rellenos que permiten a las gaviotas y a las palomas volar entre pasillos de edificios a la altura de la vista de su residentes.

Se puede elaborar una cartografía de cualquier cosa. Solo hace falta una cierta obsesión espacial por ordenar y leer tu entorno. Una forma de orientar la maquina de crear pensamientos que siempre te acompaña. Una cartografía del madrugador. Qué cosas se me ocurren….

(Texto escrito el miércoles , uno de diciembre de 2021)

lunes, 30 de octubre de 2023

205. A la sombra de un árbol

Los ágoras ciudadanos, allí donde se reúnen cuatro amigos o vecinos para charlar, jugar a las cartas, observar el paisaje o recordar a los que ya se fueron, no suelen ser grandes plazas ni amplias avenidas. Son lugares discretos, hechos a escala humana, un pequeño banco, el borde de un muro, la esquina de un cruce de calles, un ribanzo al borde de un barranco…

Y, en todos estos lugares, siempre habrá un árbol, del tipo que sea, una palmera espigada y esbelta, ya sea canaria o californiana, un eucalipto desgarbado, con sus ramas bifurcadas y sus hojas de espada cimbreándose al viento, un pirulero elegante, cual sauce llorón, meciéndose con la ligera brisa y desprendiendo ese picante aroma a especias de países lejanos. Los he visto en San Roque, en San Antonio, en La Cornisa, en Tenoya, en Schamann, en Los Ayacuchos, en Las Chumberas, en Lomo Apolinario, en Las Rehoyas, en Los Tarahales.
https://goo.gl/maps/H21bc1sYiPvPoVjH6

https://goo.gl/maps/KpDZqqtWPbMN5SBt6

https://goo.gl/maps/tKaCazDNmvBm1Vxz6

https://goo.gl/maps/H1hK85miGhcjSfE59

https://goo.gl/maps/q1wLAkaGjuduEQFS9
Esas pequeñas tertulias locales están diseñadas a una escala que escapa a la inmensidad de las operaciones urbanísticas que responden a otros intereses. La escala del ágora local es sencillamente la sombra de un árbol. A su sombra se convive y se descansa, se observa y se comenta, se saluda y se recuerda. No son necesarias grandes obras ni diseños espectaculares. Un árbol y un lugar donde sentarse, un pretil, un banco de madera, un muro, unos bloques de a doce…

Desde allí se pasa la vida, se cuentan historias, se recrean anécdotas, sencillamente se disfruta del placer de la convivencia ciudadana. Siempre, eso si, a la sombra de ese árbol. Por eso un árbol es infraestructura, es diseño y proyecto ambiental, dejarlo en su lugar y respetarlo es estar haciendo urbanismo, es estar creando ciudad.

( En la foto, Carmelita y Bartolomé Trujillo, Juanita Hernández y Juan Granado (Q.e.p.d.) a la sombra del Nogal de Los Cubanos, frente del jardín de Corvo)

jueves, 12 de octubre de 2023

204. El turista aero-geológico

El cielo estaba despegado en este lunes de octubre en el que partimos de nuevo para las islas. El ritual del vuelo siempre nos engancha. Salida hacia la pista LEFT, dirección Casteldefels, ventanilla izquierda, asiento 34A.

Todo preparado para otro vuelo descubridor de paisajes inéditos y aventuras aero-geológicas. No sé porque aún nadie ha patentado los tours aero-geológicos sobre un territorio tan espectacular y variado como el de la Península Ibérica. Grandiosos panoramas geomorfológicos se desplazan bajo nosotros a una velocidad agradable permitiendo recrearte en los detalles, regresar con la mirada a esa estructura inexplicable que se aleja bajo tus pies, mientras estás sentado agradablemente.

Las nubes marítimas se frenan en las sierras prelitorales al dejar atrás la costa de Tarragona, donde los conjuntos industriales de las centrales nucleares de Vandellós surgen amenazadoras cerca de la zona urbana de Calafat.

Las nieblas que se disipan al frente de este mar de nubes se recortan en los perfiles de las cordilleras y sierras que se levantan en torno a la fosa del Ebro, que se estira contra el fondo del relieve como una serpiente plateada que baja hacia su delta.

De repente, entramos en una geomorfología abigarrada de viejos macizos hercinianos, arrugados y deformados por líneas de sinclinales y anticlinales, que se apretujan como una tarta escachada contra el suelo Estas montañas ibéricas, en contacto con el prelitoral catalánido, son una joya paisajística. Ningún recorrido geológico a pie le hará nunca la justicia adecuada a estas maravillosas geoformas.

Bien decía Saint-Exupery que el avión es el mejor modo de reconocer las bellezas de la Tierra.

Las calizas en forma de tarta que se quedan atrás, recortadas contra las masas vegetales oscuras que solo las dejan entrever, permiten disfrutar de pequeños macizos montserratianos, con estructuras redondeadas como las que se observan en el estrecho de Arnés.

Parque Natural de Los Puertos

La Sierra de Albarracín, el Maestrazgo aragonés, se despliega como un inmenso cuadro de Antonio López aún por dibujar. Extensos altiplanos y montañas, dignos muestrarios del Cretácico y del Jurásico ibérico se explican abiertamente deseosos de ser interpretados. Fuerzas descomunales, contradictorias, después rellenas y desalojadas por la fuerza del clima y la hidrología te llevan de la mano.

Este macizo de la Sierra de Albarracín es un castillo geológico inexpugnable. Encajado entre la depresión del Ebro y el altiplano gélido de la Fosa de Teruel te muestran analogías que te parecen al principio inexplicables. Desde estas alturas, sus calizas arrugas parecen surcos de cultivos de los dioses, hendiduras y cicatrices de un casco de hierro que se hunden centenares de metros en este llano creado por las fuerzas históricas de las aguas y ríos de esta sierra.

¿Qué es esa montaña con forma y rebordes de Patella que se eleva frente al caserío aragonés de Ejulve?

¿Qué son esos extraños hoyos, inmensos, que te recuerdan a fosas o canteras alineadas ahí abajo en Bronchales?

Las respuestas llegaran en casa cuando descubres que esas morfologías responden a ambientes morfoclimáticos periglaciales o a modelados kársticos que se presentan en forma de hoyones, dolinas y pozas al igual que si fueran jameos de coladas volcánicas canarias.

Los llanos turolenses muestran la fuerza del modelado detrítico representado en esas morfologías de manos con lomos y cárcavas que se rodean de los colores rojos de las arcillas terciarias, rojizas, y que se te presentan en los bordes de los ríos fluviales y mansos que bajan por este valle.

Alfambra, en la cabecera del cauce que fluye hacia el oeste, te lo explica en su nombre. Al Hambra, voz árabe que se traduce como La Roja, ciudad del páramo turolense que se rodea de esta pátina de tonos rojos indescriptibles.

Pdt: Reseña del vuelo del Lunes, 6 de octubre 2019.



domingo, 8 de octubre de 2023

203. Fly over Barcelona



Otros cinco minutos más frente al ventanal de la galería. Amanece en rosa y celeste. Algunos vecinos madrugadores ya encienden luces. El murciélago ya se fue y las gaviotas dejan ver su silueta sobre los árboles del Paseo de San Juan.

Años después, todo parece novedoso. Permanecen las siluetas urbanas y las del Tibidabo. Suenan los mismos cantos de tórtolas rulando desde primera hora. 
De Barcelona ya podría elaborar mi propia cartografía. Lugares que al llegar me sorprendían y hoy ya están integrados en mi mapa mental de esta ciudad. Lugares que evocan emociones, encuentros y disfrutes o angustias vividas. Carlos está ahora en el paralelo 60, nosotros siempre regresando desde  el 28 a este paralelo 41. Como las aves migratorias que regresan cada año después de un viaje aventurero.

Miro este skyline con obsesión de pintor paisajista. Repito descripciones porque ninguna me parece la definitiva. Como Rusiñol repitiendo el mismo jardín. Cada vez con distinta luz, desde otro ángulo, tratando de extraerle toda su alma. De recrearlo porque no parece suficiente vivirlo sino expresarlo. Dejarlo escrito. Definirlo



domingo, 25 de junio de 2023

202. Palmeras caidas

 

Nuestras palmeras solo parecen  desear que estimes su presencia. Te cortejan con sus formas, con sus colores, con sus susurros al viento.

Sólo saben estar quietas. Rellenan su espacio y lo extienden todo lo que pueden.

Hasta su sombra, al ritmo diario del sol, pretende alargar su discurso en silencio. 

No pueden aspirar a más.

Se afanan por ser útiles  allí donde están. 

Convocan a pájaros y lagartijas con sus frutos coloridos. De esos poderes  dependen para perpetuarse. 

No pueden huir. Sólo viven del valor de su presencia.

Se saben frágiles y efímeras. Pero no pueden mejorar su situación.

Su vacío deja un inexpresivo silencio. 

No queda huella de su existencia. Quienes le recuerdan también morirán.

Solo la longevidad les permite existir. Por eso quieren y deben seducirte.

Y por eso se esfuerzan en ser bellos, gigantes, sonoros, útiles...

Pero cuando no lo consiguen desaparecen sin más...

Pdt: Un recuerdo para las últimas palmeras caidas, la de la calle La Tosca (antes/ahora),  en San Lorenzo, la del Camino de Los Pérez en Tafira Baja, la del Batán (antes/ ahora), al lado del molino del Guiniguada, las dos del Colegio San Juan Bosco (antes / ahora)...

jueves, 22 de junio de 2023

201. Veneguera: un mal sueño


(Fuente de la imagen de tabaibal: Rafael Peñate Navarro, en Google Earth)

 Hace unos días nos remitían una secuencia de imágenes de Google Earth, de junio de 2023, donde se observaba el arrasamiento de laderas repletas de tabaibas dulces en el Lomo de Los Tabaibales, entre Veneguera y Mogán.


La sorpresa fue mayúscula.
Esa acción devastadora se realizaba en el interior del Parque Rural del Nublo, declarado zona ZEC en la Directiva Hábitat, con su plan de gestión aprobado y sobre zonas categorizadas como ZONA A de conservación prioritaria.
Después de varias vías de búsqueda de la sinrazón de este disparate concluimos que presuntamente tenia relación directa con el convenio firmado en 2016 entre el Cabildo Insular de Gran Canaria y Lopesan, un convenio de gestión ambiental que persigue la “restauración forestal” de aquellos lomos identificando dos unidades forestales, una de pinar en la parte alta y otra de formación termófila en los tramos medios e inferior de aquel macizo.

¿Qué sentido tiene arrasar una formación vegetal única para sustituirla por otra?
Casi 40 hectáreas de tabaibales dulces han sido arrasado como consecuencia de una mala decisión técnica y política.
La paradoja es que Veneguera era uno de los lugares símbolos de la lucha ecologista pro-conservación de nuestra isla.
Nunca, en mis años de trabajo en conservación pensé que llegaría la jubilación contemplando un desastre como éste a las puertas.
Porque aún quedan otras 400 hectáreas de repoblación/destrucción por ejecutar...
Time to die que diría Roy.



sábado, 12 de noviembre de 2022

200. En recuerdo de Isabel Nuñez, Dríade del azufaifo/gingoler del Carrer Arimón...


Subía esperanzado. Esperaba, con mi libro bajo el brazo, encontrar a la autora. Pedirle un autógrafo. La conocía de estos días. Su libro "Mis Postales de Barcelona" me lo había "zampado" en un par de días. Escribía como me gusta. Textos cortos. Intimistas. Personales. Desgranando su vida, desde su infancia, recreando lugares comunes y llenándolos de vida e historia.
Con ella, conocí otras esquinas de Barcelona. Cobraban historia rincones, fachadas, calles, árboles que antes eran puro silencio, imágenes sin contexto...
Buscamos el carrer Arimón, tras la historia de un árbol que en un principio creía talado por la especulación. Mientras nos acercábamos a él de la mano de sus referencias cartográficas, llegamos a la calle Hezergovina, subimos al parque Monterols, allí probamos los dulces y rojos frutos de un madroño, en un parque diseño de Rubió i Tuduri continuado por Luis Ruidor, heredero de la teoría de sus jardines mediterráneos y latinos.
Dimos la vuelta a ese parque, lleno de vida ciudadana, como todos los de esta ciudad. Unos jóvenes enamoraban a la sombra de una encina catalogada. Una madre con su hijo paseaban a su pequeño perro que, suelto, deambulaba a la búsqueda de sus colegas...

Un juvenil adolescente hacia rebotar un balón de baloncesto frente a un aro...
Después, bajamos Hezergovina hasta su contacto con la calle Camps. Recuperamos su referencia a la "Posada del Demoni". Preguntamos por la ruta hacia Arimón. Y un trabajador del servicio de limpieza nos orientó. "Bajen hacia General Mitre, sigan la calle Mandri y se cruzaran con ella".
La encontramos y subimos por ella. En un cruce de calles con dos buenas terrazas en los chaflanes (La Royale y el Guayoyo) creí adivinar la esquina donde vivió el azufaifo. Pero continuamos subiendo.
Y ¡¡allí estaba¡¡ 
No había caido. El jinjolero de Isabel Nuñez seguía allí. 200 años de vida lo cobijaban. La dríade del azufaifo había movilizado el barrio, había convencido al alcalde Trías de permutar un solar edificable por un jardín de salvaguarda del árbol y un local con equipamientos de servicios sociales.
La alegría por el hallazgo se transformó en tristeza al ver la placa que recordaba la labor de Isabel en pro del árbol. Con la fecha de su muerte en 2012. Con 55 años. Ahora sé que víctima de un cáncer.
Ufff. 
Memento mori.
Hoy me acompañan desde mi galería una mañana lluviosa y gris. Triste inicio de octubre. Repican gotas de lluvia en los ventanales. Gente abrigada y con paraguas cruzan Joanic.
Encoge el alma que todas estas escenas mundanas sean tan efímeras. Todo parece dispuesto para serlo. Nosotros. Los árboles. Esos edificios de ahí enfrente. Esas nubes pasajeras. Hay un reflejo de la lluvia en un tejado cercano. También será una vista efímera.

                           
 Me apena no poder mirar a los ojos a esta dríade que tenía rasgos de alma gemela. Defensora de lo efímero, de la belleza de un árbol. De su capacidad para sanarnos. Sólo queda reforzar su memoria. Releer sus textos. Pasear de su mano por aquellos lugares que ella recogió en sus escritos. Dándoles vida e historia a tantas esquinas de esta amable ciudad que ahora nos acoge.
                                          


domingo, 21 de marzo de 2021

199. 21 de marzo, Día Internacional de Los Bosques. Barcelona, un bosque

(Fuente: 2020, Silvia Tavares)

Sales a descubrir porque sabes que siempre te ofrecerá algo nuevo. Barcelona es como un bosque donde se esconden cientos de novedades arbóreas cada vez que lo recorres. Este llano pendiente ( la plana barcelonina que le llaman) que se estira entre dos torrentes (El Besós al Norte y El Llobregat al Sur) y 6 montañetas (o turósdel Serrat de La Rovira) enmarcadas por la Sierra de Collserolla siempre te aporta nuevas perspectivas.

Encuentras jardines burgueses escondidos en rieras abandonadas. Huertos familiares en relictos de barriadas donde florece un hermoso limonero (o quizás lima o cidra), árboles centenarios en antiguas masías hoy reconvertidas en escuelas o institutos ( la mayoría de las veces privados y religiosos), algunos vallados, otras accesibles, otras ya institucionales.

Allí puede sorprenderte por primera vez un manzano de flor (Malus floribunda) escondido entre otros árboles más comunes del Jardín de La Florida como aligustres y cipreses, florecido, dando una pincelada rosa a un jardín que al principio te parecía monótono.

Un espectacular ejemplar de Magnolia caducifolia ( Magnolia x soulangeana) rompe en flores ante tí, - eso sí, después de la tercera visita- en el Passatge del Mulet, brindándote un espectáculo de color digno de un bosque o jardín japonés.

Un cedro del Himalaya (Cedrus deodora) te observa, imponente y majestuoso desde el otro lado de una maravillosa verja de Torre Castanyer adornada con figuras de águilas, escudos y otras pequeñas estatuas cuyas alegorías o simbolismo aún desconoces....

Aún puedes disfrutar de verdaderas joyas de aquella arquitectura de relumbrón, de vistas al exterior, con ventanas puertas, dinteles, cenefas, adornados con miles de trozos de coloridas cerámicas, en una armonía que rememora el placer de sus autores y sus dueños al ejecutarlas.

Burguesías adineradas que, detrás del concepto de la ciudad-jardín del XIX, se mudaron a lo alto de las lomas de la ciudad como El Tibidabo o El Carmel o El Punxet, para dejarse mirar, destacarse, demostrar su dominio sobre el llano y a la par higienizarse y alejarse de la barriada industrial.

Aún quedan por estos altos, lugares semisalvajes, de vegetación mediterránea, entre pinedas, zarzas, brezos, laureles, zarzaparrillas, jaras, entre los cuales se mueven las tudós (Columba palumbus) esas voluminosas palomas del bosque, tan distintas a las domésticas.

Y, por encima de todo esto, cerniéndose sobre si mismo, un cernícalo centinela que escudriña su territorio teniendo como telón de fondo y escenario el amplio mundo urbano del llano, ese mundo que te ofrece toda una perspectiva de siglos de civilizaciones, desde la ibera a la romana y la actual, concentrada en un urbanismo compacto y extenso, donde aún el siglo XVIII se mantiene en muchas de sus esquinas.

Lo dicho. Barcelona guarda aún el misterio del bosque desconocido.

Transitar por ella cada día, cambiando el rumbo, dejándose llevar por los semáforos en verde es sinónimo de aventura.

Siempre tendrá algo que ofrecerte.

Más info:

Estructura verde de Barcelona

Barcelona, Ciudad Europea del Bosque 2022

domingo, 16 de agosto de 2020

198. Los árboles que no vemos.

 

La capacidad del planeamiento en Canarias para ocultar los árboles empieza a ser catastrófica en estos tiempos de cambio climático y transición ecológica. El ejemplo más reciente lo tenemos en la tala de una palmera histórica y centenaria incluida en el Catálogo de Árboles Monumentales del Cabildo de Tenerife (aprobado definitivamente en el año 2000) y ubicada en el corazón del casco histórico de La Orotava.

Ejemplar de palmera centenaria talada junto al ex-convento de Santo Domingo en el casco histórico de La Orotava .(Fuente : Google Earth)

Este ejemplar de 23 mts de altura cuya copa pugnaba con la cúpula de la torre del cercano ex-convento de Santo Domingo, se volvió peligrosa para la ciudadanía -a pesar de los cientos de años resistiendo temporales-, supuestamente, tan pronto pasó el solar en que crecía a propiedad de una constructora e inmobiliaria, miembro de un holding empresarial muy arraigado en el sur de Tenerife.

Un argumento de peso para su tala fue el riesgo de caida para la seguridad de las personas y viandantes del callejón de Santo Domingo o sobre el edificio histórico colindante, pero nos asiste la duda de que la otra razón de peso (especulativa y económica ésta) podría ser el estorbo que implicaba el situarse en un solar categorizado en el Plan Especial de Protección del Casco Histórico (PEPCH) de La Orotava (aprobado definitivamente en el año 2009) como "Espacio Libre de Santo Domingo" y destinado a convertirse en una plaza con aparcamiento subterráneo en dos plantas para 82 plazas de vehículos, dato este último que curiosamente no figura en el informe municipal que facilitaba su tala.


En todo el archipiélago, esta combinación de Espacio Libre más Aparcamientos ha significado el trasplante, cuando no la tala directa o su caída y muerte, de múltiples ejemplares arbóreos. Recuérdese el reciente caso de las cinco y últimas palmeras canarias de la Vega de San José en LPGC, o el caso de los Laureles de Indias y otros Ficus de la plaza de Tejeda o el lamentable caso del Pino de la Plaza de San Mateo. Eso entre los que ya sucedieron. Y entre las que aún caerán bajo esta combinación arborícida, un ejemplo es el previsto en el barrio histórico de San Roque en LPGC entre la calle Farnesio y Fama, por parte del PGO (art.4.1.1. pág.58). Allí perviven 2 eucaliptos y un laurel de Indias provenientes de la celebración de una Fiesta del Árbol en 1913 propiciada por la Sociedad Fraternidad y el ayuntamiento que presidia López Botas, empeñado en repoblar los Riscos de la ciudad.


Parcela en el barrio histórico de San Roque con tres grandes ejemplares arbóreos y donde el Ayto de Las Palmas prevé un aparcamiento.(Fuente: Idecanarias)

En todos estos casos, los planes de ordenación de estos municipios -ya sean planes generales o planes especiales- invisibilizan estos elementos patrimoniales (ni aparecen en los planos ni se recogen en los textos) dejando así ciegos para decidir a los distintos organismos técnicos y ciudadanía que informan y presentan alegaciones a estas dotaciones. En el caso de La Orotava, el PEPCH no incorporó tan siquiera los árboles del Catálogo Monumental, elaborado 9 años antes que éste -al menos cinco ejemplares entre dragos y palmeras centenarias- y que remitía las medidas de protección al ámbito municipal.

Palmera en el patio central de la Casa del Arcediano en Barcelona con riostras cableadas.

Si así hubiese sido, los riesgos para las personas por una posible caida podrían haberse evitado incorporando medidas como arcos metálicos de protección o riostras cableadas a puntos cercanos. Estas medidas preventivas permiten p. ej. visitar el patio de la Catedral de Barcelona o el de la Casa del Arcediano en el cercano carrer de Santa Lucia bajo palmeras centenarias que siempre podrán significar un peligro potencial para los visitantes. Allí predomina el valor de esta infraestructura natural como referente paisajistico del cielo de la ciudad, entre otros, uno de los objetivos de lo planes especiales de protección del patrimonio histórico de un casco urbano.


Para más abundancia, aunque en la anterior ley 4/1999 de Patrimonio Histórico no se recogía expresamente la necesidad de catalogar los elementos vegetales de los cascos históricos, la reciente ley 11/2019 de Patrimonio Cultural de Canarias lo incorpora expresamente en su art 38.2. y en sus disposición transitoria sexta obliga a todos los planes especiales aprobados con anterioridad a esta ley a adaptarse a la misma. Si el PEPCH de La Orotava se hubiese adaptado quizás no hubiese sido necesario talar un ejemplar tan señero del cielo de La Orotava, esa maravilla de paisaje híbrido entre lo natural y lo construido tan elogiado desde la época de Alejandro Humboldt.

Otro elemento de decisión discrecional de estos espacios libres vs aparcamientos es como puede calificarse en esta categoría un solar donde existen valores patrimoniales siendo conscientes del escollo que significaran para la ejecución de las obras previstas. En la sentencia del Tribunal Supremo 1022/2016 sobre espacios libres y aparcamientos se recuerda al planificador que éstos deberán estar exentos de valores patrimoniales al convertir su subsuelo en edificable impidiendo así el desarrollo vegetal.

En acertada frase de mi amigo escritor y poeta Juan Carlos de Sancho, “todo árbol es, ante todo, el impulso de la tierra por alcanzar el cielo “ y, en los casos de estos ejemplares centenarios, ¡¡vaya si lo han conseguido.¡¡ Es por eso que el planeamiento y sus redactores y ejecutores debieran dar una oportunidad a estos ejemplares de seguir perpetuándose.

En tiempos de Transición Ecológica y Cambio Climático tendríamos que dejarles seguir respirando.

Más info: Publicación artículo La Provincia:

jueves, 25 de junio de 2020

197. Los otros palmitos de Oramas



Más info:

 Fig. 1.- La palmita de Don Miguel , ubicada dentro de la residencia del mismo, al lado del actual cementerio de Tafira – cuya obra es posterior a la pintura, en el año 1939- aún sigue allí.


Fig. 2.- Las dos palmas de la Montañeta, en San Bartolomé de Tirajana, aún permanecen en el núcleo que las rodea siendo las últimas de su especie en el recinto urbano. Todo un símbolo de supervivencia.

Fig. 3.- Ubicado según el título del cuadro en Los Hoyos, ha sido un verdadero enigma localizarlo. A pesar de revisitar Los Hoyos desde todos sus puntos cardinales, al final fue necesario reexplorar todos los escenarios vitales de Oramas. Y la búsqueda nos llevó a La Vuelta del Pino, en Santa Brígida, frente a la Quinta de Reposo.


sábado, 20 de junio de 2020

196. Geografía de Europa. Zapraszamy/Bienvenido a Lodz.

Me encuentro en un lugar entre los Alpes y Los Urales. La geografia de Europa nunca paso para nosotros de sus naciones y grandes rios y capitales.

Ahora convivo con abedules y caducifolios, con grajas, grajillas y urracas, con tipos humanos centroeuropeos que cuando te los cruzas por la calle rehuyen la mirada si no te conocen. 

He vivido con ilusión de niño la primera nevada de mi vida, he restregado un montón de esa  nieve blanca y fria que se disuelve en nada, he observado esos millones de diminutos puntos de algodón cayendo silenciosos y cubriendo árboles, coches, avenidas, gentes...

¿Pero, que se me ha perdido a mí, un africano , por encima del paralelo 60? Mis filias biogeográficas no pasaban de la marítima Macaronesia o del misterioso y atractivo Sahel...

Pero he cruzado el Mediterráneo frente a la Costa Azul, disfrutado de  morfología y montañas y ríos  urbanizados en sus bordes, me han zarandeado turbulencias borrascosas alpinas y he disfrutado de amplias llanuras centroeuropeas repletas de lagos y bosques cruzados por múltiples carreteras.
Esta ciudad donde ahora estoy ofrece contrastes en todo. 

Edificios grises, tristes, abandonados y por frente modernas moles de oficinas con luces de neón anuncios y servicios ultramodernos, tranvías recién colocados, galerías de comercio y alimentación, centros médicos, áreas de ocio...
Me muevo en un idioma que no entiendo. Y nos salva ese esperanto común que es el inglés. Pero es un idioma dulce que hablan gente amable y cercana, donde la belleza y elegancia de las mujeres contrasta con las rudas  facciones masculinas.

En medio de todo un gélido invierno que obliga a rellenarse de abrigo, bufanda, guantes, gorros que, esta gente acostumbrada lo manejan con habilidad. Y a nosotros nos incomodan, nos asfixian y hacen perder la paciencia.

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