martes, 16 de julio de 2019

194. Palmeras centenarias. Trivializando el arboricidio

Vivimos la ciudad. Los que la estudiamos cada día y los que la recomponen destruyéndola. Los que la ignoran y los que la sufren en sus pasajes. Los que se aislan y se vanaglorian de no mirarla. Los extrovertidos y los que se expresan para si mismos.
La ciudad viene de lejos. Se clona a si misma como un híbrido mutante que pierde partes y regenera otras.

Exsuda y tose.
Carraspea y escarra desde la madrugada en sus esquinas.

Cabemos todos. Unos con el poder de cambiarla. Otros con tan solo el deseo. Múltiples voces que se ahogan entre ellas. Como facetas de un cristal que se deslumbran.
Noticias que se difunden y otras que resuenan en habitaciones cerradas.
Todos bajo el mismo palio. Los soberbios y los humildes. Los narcisistas y los olvidados de si mismos. Una historia que culebrea y asciende y desciende por el tobogán del tiempo. Ajena a todas las voluntades y a la vez múltiplo común divisor de todas ellas.
Se resquebrajan espacios y se reconstruyen otros. Caen palmeras centenarias y nacen bisoños laureles indianos entre los adoquines.

Todo bajo el mismo palio.
Todo moviéndose a la par.

sábado, 13 de julio de 2019

193. A través de Marruecos: viaje en avión, atlas animado

Viaje en avión, 3h y media, 2500 kms : deshojando un atlas animado donde todas las geografías, todas las ciencias, se te muestran.
Desde el urbano litoral catalán hasta las calmas y turquesas aguas de Costa Calma.
Hemos atravesado continentes, borrascas, calimas, alisios, mares calmos mediterráneos, cielos azules nitidos y arremolinados.
Cielos de nubes tormentosas como ovnis veloces, ramblas alicantinas, mesetas y ralas estepas del Medio Atlas, sin carreteras, convertidas en mallas de cuadriculas agrarias cuando sobrevolamos un fértil oued.
Al acercanos al Atlántico, un manto de alisios nos esconden el llano pero nos ofrece la visión de la cordillera atlásica, espina dorsal quebrada y resquebrajada por la epigenia alpina, mostrandonos plateaux, altas montañas con mechones blancos niveos aún, sinclinales y anticlinales bailando en sus bordes, modelando uadis panchos y calmos que corren hacia el mar.
El Antiatlas luce gris y negruzco dejando ver atrás las llanuras del Massa y Agadir.
La Autorroute de Marrackeh a Agadir es una traza de tiralineas sobre las margas y arcillas rojas de esta parte de Marruecos. En sus bordes gigantes barrages azules, plenos de agua este año, refulgen entre bosques de arganes que salpican estos relieves surmarroquies con su estela y semejanza a encinares andaluces.
En el litoral al norte de Agadir, las urbanizaciones y chalets crecen y proliferan en un boom inmobiliario que ocupa llanos cultivados y trasplayas hoy ganadas para el turismo masivo. De nada sirven las cautelas del territorio. No hay Plan Vert que las detenga... 
De vuelta a l'Afrique...
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