martes, 25 de mayo de 2010

83. Un hermoso macho pinalero.


Apareció de pronto desde un andén, con las barbas remojadas de haber bebido en los pilones del barranco cercano.
Parsimonioso, sereno y seguro de si mismo, este hermoso ejemplar de “macho pinalero”, guanil, sin marcas de dueño visibles, me observó tranquilamente mientras subía el sendero.
Su imagen impacta cada vez que la observo.
Señorial, dueño y señor de estos riscos grancanarios su soberbia estampa seguro que impresionará a mi padre, fervoroso defensor de las cabras él, cuando se la enseñe.
Más me ha impresionado a mí saber que algunos de estos machos a veces se revuelven y defienden su territorio.
No fue este el caso.
Se alejó tan tranquilamente como había llegado.
Estos ganados “guaniles”, cimarrones, asilvestrados y viviendo en el interior de los pinares y andenes de Tamadaba, Tirma e Inagua, son cada vez más numerosos y sus consecuencias ambientales están aun por determinar.
Las medidas de gestión de sus poblaciones deberán consensuarse desde la administración de los espacios naturales con los ganaderos y hacer compatibles su control con la pervivencia de algunos de estos bellos ejemplares – mejor castrados para evitar su proliferación- y seguir permitiendo estos esporádicos encuentros entre dos mamíferos introducidos de la fauna insular.
Pdt: Dejo aqui un bello cuento sobre machos cabríos y fortuna recogido en la Culata de Tejeda

jueves, 20 de mayo de 2010

82. ESPECIES AMENAZADAS: EL DÍA DESPUÉS.


Hoy no ha pasado como otros días de esta primavera. El hornero que cantaba a la entrada del Edificio de Múltiples II, entre las ramas de la jacaranda, no está.
También él parece comprender la gravedad de que ayer el Parlamento Canario aprobase de aquella manera el nuevo Catálogo de Especies Amenazadas – que no protegidas- de Canarias.
Era mucho esperar que se bajasen del burro. Y eso que Berriel no parecía hace años mal chico. No tenia aquella pinta soberbiona ingenieril modelo pelopincho de:
“¡¡Esto del medioambiente lo arreglo yo como pan…¡¡”
Igual que aquel taxista que, cuando uno de nuestros compañeros le pidió, todo dolorido él, que lo llevase al hospital para que le colocasen el brazo que se le había descoyuntado le dijo:
“¿Ese brazo salido? ¡¡Nada, hombre, yo soy estelero, traiga Usted pa cá..¡¡ ..”
Y se lo jodió definitivamente.
Si el hornero venia a la Jacaranda del Múltiples II a pedir auxilio para su hornada, ya lo jodieron definitivamente.
Suponía él que esto era como el hospital de la Biodiversidad, el lugar donde por ley, según el Articulo 3 del Texto Refundido el criterio de actuación de los poderes públicos es: “La preservación de la biodiversidad y la defensa de la integridad de los ambientes naturales que perviven en las Islas, evitando su merma, alteración o contaminación.”
Pero no contaba él que, por el camino, se tropezaría con estos “esteleros medioambientales” que, subidos a la soberbia y al poderío incontrolable de este periodo postdemocrático lo agarrarían por el ala diciendo:
“¿Cómo? ¿Qué tiene el medio ambiente jodido?
¡¡ Traiga Usted pa cá,..¡¡”

miércoles, 12 de mayo de 2010

81. Chuchangilla en Tirma.


Mientras los biodiversitarios siguen enzarzados en la guerra justa anticatálogo CC-PP, yo sigo empeñado en añadir algo nuevo a este blog cada semana de este año 2010 sobre nuestra natura insular. Lo último va a ser esta pequeña “chuchangilla” – como la definió el Dr. Miguel Ibañez, especialista en el tema- localizada en los lomos de Tirma.
En mi ignorancia gastrópoda traté de asimilarla a las míticas Canariella, esos endémicos, peludos y diminutos caracoles canarios de los cuales el Dr. Ibañez es especialista y de la que se han descrito ya más de 16 especies en Canarias… ¡¡salvo en esta isla¡¡.
Al parecer, en Gran Canaria tan solo se conocen registros fósiles pero no se ha localizado ejemplares vivos.
Durante un par de días la duda nos asaltó sobre este diminuto caracol- menos de 3 mm- que observamos sobre una retama amarilla.
Hasta que el fino olfato del especialista nos devolvió el correo dándonos el género de esta “chuchangilla”.
Pertenece a Monilearia, otro caracol del grupo de las Cochlicelidae, género endémico de las Islas Canarias del cual hay varios exclusivos para Gran Canaria.
Bueno, sigue resultando extraño Canariella haya desaparecido de este espacio insular. Pero está claro que en el micromundo de los invertebrados terrestres quedan muchos lugares por reconocer en esta mítica isla.

Además de Monilearia, tambien observamos esta hembra de opilión del género Bunochelis (Det.: Dr Pedro Oromí) y esta pariente de las viudas negras – ¿quizás Latrodectus?- en pleno festín mañanero.

martes, 4 de mayo de 2010

80. Montaña de Tirma: donde acaba el norte.


La montaña de Tirma en el Noroeste grancanario se corresponde con un macizo montano, que alcanza cotas superiores a 700 msnm, famosa en la bibliografía por ser zona arqueológica de primer orden en la isla.
Sin embargo, destaca también por ser una frontera-ecotono entre el húmedo norte y el árido sur.

Esta imagen del sensor MODIS nos confirma la consistencia del alisio en este sector insular, yendo desde la Montaña de Tirma hasta la franja litoral del Anden Verde y observándose puntualmente en el macizo de Guigui.
Curiosamente en estos momentos del día no hay influencia de este alisio sobre la masa de Faneque.
La masa nubosa, baja, se condensa subiendo desde el mar y soplando como una tobera de avión en la divisoria entre Montaña de Tirma y la divisoria de cuenca de La Aldea y El Risco.
Se desborda sobre los pinares repoblados de la meseta de Tirma y traspone en los cardonales de la cabecera del Barranco del Furell – de carácter traquibasaltico- rociándolos de una generosa lámina de humedad que le confiere ese carácter termófilo a esta cabecera de cuenca. La riqueza en especies de este cardonal (cerrajas, guaydiles, almácigos, sabinas, cornicales) se lo confieren estas esporádicas mantas húmedas que lo rebasan.
No hay duda de que este macizo de Tirma es la frontera del norte insular, acogiendo posiblemente a flora más mesófila que el resto del valle de La Aldea.

Un espacio interesante, en el aspecto climático de este litoral,
es la peculiaridad del soplo de alisio sobre el arco costero
comprendido entre Guayedra y El Andén Verde-Tirma, cuyos
acantilados son auténticos islotes subhúmedos dentro de la banda
sotavento de Gran Canaria debido a que los vientos alisios sufren, a
partir de Sardina del Norte, una desviación de carácter local que les
hace tomar el rumbo N-S ó NO-SE y chocan contra estas altas
montañas abiertas al Noroeste (fig. 18). Por tanto se ven
favorecidos por una humedad superior a las normales de la zona, lo
que hace crecer, en estos riscos, vegetaciones propias de barlovento
(GUITIÁN y otros, 1984: 61-82).
Fuente: Suárez Moreno, F., La mar en el Oeste de Gran Canaria, pag.24.
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