domingo, 7 de febrero de 2010
29. UN NIDO DE HUBARA.
Aún recuerdo la emoción de Gorgonio cuando descubrimos aquel único huevo de hubara en las llanuras arenosas del Jable de Jandia.
Es un paraje exclusivo con una de las mejores poblaciones de chaparros que habíamos conocido.
Marchábamos separados inventariando aquella zona cuando, tras la protección de una pequeña aulaga, nos tropezamos con aquel hermoso, verde y aún caliente huevo de hubara.
Al principio me recordó más a un huevo de pato.
Pero, para Gorgonio, ornitólogo, no había duda.
¡¡Casi no me deja sacar fotos!!
“¡La hubara está aún por aquí cerca, el huevo está caliente ¡
Vámonos, Carlos, antes de que lo aborrezca.. “
Esas fueron sus palabras después de realizar un hermoso “display” de ornitólogo alucinando de la loca suerte de un botánico que, en su primer viaje a Fuerteventura, se tropezaba con uno de aquellos escurridizos e ilocalizables nidos de hubara.
Ya forma parte de nuestro anecdotario de colegas.
Lo recordaremos siempre.
Yo, más aun si cabe.
Ese día celebraba mi treinta aniversario, mi treintava vuelta alrededor del Sol.
Fue un bonito regalo de cumpleaños por parte de Fuerteventura.
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