19. JAIME O´SHANAHAN

Son también símbolos de nuestras naturalezas.
Con mayúsculas y con minúsculas.
Representantes exclusivos de nuestra especie que se convierten, por su labor a favor de la conservación de nuestros paisajes, en parte integrante de ellos.
A ellos les dedicamos plantas, taxones que perpetúan su apellido, patronímico vegetal que asegura para la eternidad su vinculo proteccionista...
Su huella no la dejan en la tierra sino en la conciencia de quienes le conocemos y escuchamos.
Dedican su tiempo a buscar alternativas a los destructores de símbolos naturales, como este cardón grancanario, sumando para ello su pasión por la vida y esa escasa habilidad que es el cabildeo, un arte y una maña peculiar e inherente a determinadas personas y que consigue modificar voluntades equivocadas llevándolas por el buen camino ecológico.
En sociedades como la nuestra, su papel interlocutor ayuda a truncar proyectos de destrucción, a propiciar ayudas y apoyos a causas culturales, a cambiar de lugar un acto vandálico contra la tierra, a proponer un nuevo trazado para una carretera....
Moldea voluntades, adolescentes y adultas, aplicándoles tratamientos casi mágicos que hacen de un niño inconsciente un adolescente responsable con la Naturaleza y de un político osado un ciudadano prudente con sus decisiones ambientales.
Conozco a pocos que lleven tan magistralmente como Jaime estas habilidades para comunicar sentimientos de protección.
Conozco a pocos como él que se desvivan y pongan tanto de su parte al servicio de la protección.
Por eso también es parte de nuestra Historia Natural.