martes, 28 de diciembre de 2010

113. Viaje al Sáhara: bautismo de soledad.


Hoy he tenido que superar mi miedo a la soledad del viajero.

Es lo que Bowles describe en Bautismo de soledad.

“Tanto si es la primera vez que vas al Sahara como si es la décima, lo primero que percibes de inmediato es el silencio.

Si estás fuera de una población, un silencio increíble, absoluto, y si no, incluso en lugares bulliciosos como un mercado, algo callado en el aire.

Si dejas atrás la puerta del fortín o del pueblo y, pasando ante los camellos que están tendidos fuera, subes a las dunas o sales al llano duro y pedregoso y te quedas un momento de pie, solo, al cabo de un rato, o bien sientes un escalofrío y vuelves corriendo dentro del fuerte o te quedas fuera y dejas que te ocurra algo muy curioso, algo que han experimentado todos los que viven allí y que los franceses llaman le
bapteme de la solitude.

Es una sensación única y no tiene nada que ver con la sensación de soledad, porque esto presupone una memoria.

Aquí, en este paisaje absolutamente mineral iluminado por estrellas como llamaradas desaparece incluso la memoria; no queda nada más que tu propio aliento y el palpitar de los latidos de tu corazón. En tu interior se inicia un proceso extraño de reintegración, que no es en absoluto agradable, y puede ocurrir que trates de combatirlo e insistas en seguir siendo la persona que siempre has sido o que dejes que siga su curso.

Porque nadie que haya permanecido en el Sahara durante algún tiempo sigue siendo la misma persona que cuando fue allí."


Pudo más la fuerza de la búsqueda, la necesidad de encontrar-me que el miedo a irme solo al Sáhara.
Quizás ya sea un síntoma de madurez.
Pero ¿ y esos cabreros y ganaderos solitarios que he visto solos con sus rebaños, atravesando las dunas del final de Zagora?
Quizás aquí se entiende la función de un animal de compañía, un perro, alguien a quien tener de referencia viva.
Pero Mecié Monod, con sus 92 años encima, meciéndose en su silla tuareg, me ha tranquilizado con su deambular tranquilo en el camello que nos guía a través de las dunas:

-¿En qué piensas ahora, peregrino solitario, aquí expuesto al más violento sol, en lo alto de tu camello, clavado entre el cielo y la tierra?
¿Meditas tal vez?
¿Piensas en la dirección de tu vida, en tus faltas pasadas?
¿O quizás estés rezando?


-Mecié Monod: en realidad estaba hablándole a los dorados rayos de Selene, queriendo que ella me acoga y responda a mis preguntas, quizás buscando una solución a la ignorancia de actuar.

-¡Amigo mío¡. Eso es un error. ¡¡Aquí, solo piense, solo puede pensar en limonadas muy frías, en bebidas frescas y gaseosas, en cubitos de hielo que se funden suavemente y se redondean fundiéndose allí entre los hombres, en grandes vasos de gaseosa.¡¡













Al final, le he hecho caso a Mecié Monod.

He recordado que hoy es 28 de diciembre y después de esta inocentada literaria he tomado de mi biblioteca su libro Camelladas: Exploraciones por el verdadero Sáhara y el de Paul Bowles Cuentos del Desierto y he bajado, con ellos bajo el brazo, al bar de mi calle a probar el refrescante y delicioso frescor de una buena limonada mañanera mientras siento en mi cara el sofocante y seco viento del desierto..¡¡jejeje¡

lunes, 13 de diciembre de 2010

112. El gato del Doctor.


¡No me digan que no es para emocionarse¡
Mi compañero de andanzas universitarias, Antonio García Gallo, desempolvó de la hemeroteca del CANARIAS-7 como materia para su Curso en el Centenario de la muerte de Eric Sventenius un viejo artículo que les adjunto en formato jpg de los años 80, olvidado ya.Era un texto escrito para el aniversario de Sventenius inspirado en su amor por los gatos y en nuestros encuentros con algunos de ellos alrededor de su tumba.
Hasta donde fue real o pura ficción lo que escribí en aquellos días no lo puedo recordar.
¡¡ Por eso, cuando el otro día de visita en el Jardín Canario, tomé estas instantáneas no pude menos que inquietarme¡¡
Allí estaba un viejo gato, merodeando alrededor de la estatua del Doctor, como si aún le quedasen vidas por vivir a aquel del que hable en los años 80.
¿Será o no será la reencarnación de uno de aquellos legendarios gatos que vivieron con Sventenius?
Lo que es seguro es que habrá que seguir visitando esa joya de nuestra isla que es el Jardín Botánico Canario Viera y Clavijo para seguir emocionándose como yo lo hice en este último sábado….¡aunque tan solo sea con el ronroneo de un gato alrededor de una vieja estatua de un sabio dibujando flores¡

viernes, 3 de diciembre de 2010

111. Una palmera canaria tipo Jaime O´Shanahan.

Está como a él le gustaba verlas.
Intactas y completas.
Sin podas ni trochas que las dejasen como “pírganos de escoba”.
Esta joven “hembrita” de palma canaria, con menos de 20 añitos encima – se puede comprobar su edad en la secuencia de la fototeca de IDECANARIAS desde los 60 a la actualidad - luce su cabellera de hojas secas y verdes sin interferencia humana.
Mientras a sus hermanas de la ciudad las podan y repodan sin miramientos, las nuevas colonias que se asientan en terrenos baldíos y abandonados crecen semejantes a los primitivos palmerales escondidos aún en barrancos de nuestra isla.

¡¡Seguro que Jaime se alegrará de que “sus” palmeras, esas que mueren con sus hojas secas pegadas al tronco, campeen cada día más por estas tierras grancanarias.¡¡
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