viernes, 2 de septiembre de 2016

179.- Vueling 3000 Gran Canaria-Barcelona. Parte de Vuelo

7.00 am.

Amanecer volando. Pasamos sobre Fuerteventura, una isla dormida. Negro relieve con un manto nuboso que se despereza con los rayos del sol en el lejano horizonte.
Los primeros rayos iluminan el avión.
Lobos duerme frente a Corralejo. Seguramente los pescadores de viejas habrán iniciado la ruta al pesquero. El barco desde Playa Blanca ya atraviesa el estrecho entre las dos islas.
Con el arrullo de las toberas del avión el día se viene arriba y el azul intenso cobra fuerza sobre el manto de nubes.

La costa marroqui a esta hora con el sol de frente tan solo es un trazo plateado que se difumina a ratos. Cerca del litoral hacia el interior del continente a veces restalla el brillo de un tramo de oued o una laguna interior....
En el mar el reflejo del oleaje esconde extraños círculos y veredas....
Pasamos por Safi con el puerto y un gran barrage brillando detrás.
8.15 am.
La ancha meseta marroquí la cubre una delgada capa nubosa a modo de gran panza de camello quizás de origen anticiclónico como los alisios.
Ahí fuera algo de viento crea turbulencias que hacen mover la estructura del avión. Nada grave hasta el momento. Vuelo suave y sereno..
Me viene a la mente el relato que hace Rubió i Tudurí de su viaje en un DC-3 a Dakar haciendo escalas en toda la costa atlántica..
Esos vuelos de los 60 iban a 3000 metros disfrutándose mucho más por la cercanía  las vistas aéreas sobre el continente africano..
8.37
Volvemos a tener contacto con tierra. Nos acercamos a las estribaciones del Rif.

La nube choca contra los relieves litorales y lineas montañosas se destacan difuminadas por la niebla de valles interiores.
Volamos sobre Tánger y allá arriba una línea sinuosa de carretera indica la ruta a seguir hasta Tetuán.
Reflejos dorados vislumbran allá atrás la entrada al Mediterráneo.
Las carreteras y los barrages resaltan como trozos de papel plateado sobre el relieve.
Los Djebel del Rift resaltan contra los trozos de nubes que los rozan.
La luz inunda un paisaje de llanos y montañas pobladas.

8.51
Cruzamos el estrecho a la península. Cambio de vientos. Muchas turbulencias en este tramo.
El litoral mediterráneo se asoma dando a conocer otro mundo más urbanizado, más europeo...
Invernaderos a cientos se reflejan a esta hora de la mañana.
Valles con embalses discurren paralelos al litoral alicantino y murciano..

Sierra Nevada aparece limpia de nieve y algunas lagunas y arroyos brillan al sol.
Guadix verde y urbana se asienta en el lecho de un río y los marrones y pálidos dominan las terrazas de estos relieves andaluces..


Como dendritas los cauces van royendo el suelo y los cultivos cerealistas se adaptan a sus bordes.

Anchos valles dejan en su centro los relieves fluviales y asentamientos dispersos se reparten por el paisaje.
Las sierras y cordones montañosos frenan su avance en altura.

 Embalse de Argos, Moratalla, Canara...

Sierra del Puerto y de Cabeza del Asno -precioso anticlinal roto en medio, que recuerda a otro allá cerca de Marrakesh-, embalse de Camarillas,.

Y por último las tierras alicantinas con Jumilla en  un valle y Sierra del Buey, y Sierra Larga, Sierra del Carche, Sierra de La Pila y entre nieblas matinales traidas desde el litoral mediterráneo las Sierras de Orihuela y Callosa...
lugares desconocidos hasta ahora en estas rutas Gran Canaria-Barcelona.

9.30
Llegamos al litoral valenciano.
Las brumas litorales aun no se han disipado y da contraste a estos relieves y sierras litorales. Una de ellas muere en el mar. Quizás en el Peñón de Ifach.

El verde amarronado de La Albufera con sus bordes geométricamente cultivados y su frente litoral urbanizado aun mantiene retazos de nubes.
El macropuerto de Valencia es el colofón del viaje.
Enfilamos la costa hasta nuestro destino.
Nos esperan abrazos y bravas.
Cariños y mimos.
Somos padres en ejercicio.
Contra vientos y turbulencias. 

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