domingo, 1 de enero de 2012

150. Navidad 2011: Sobrevolando la cordillera nevada del Atlas.

Después de dos días en BCN regresamos a LPA.
El regalo de Navidad 2011 viene a mi lado en el asiento 27B del  vuelo VY-3000 de vuelta desde Barcelona a Gran Canaria, sobrevolando paralelo al Atlas marroquí.
La ruta  según el comandante Williams pasará por  Valencia-Almería-Fez-Marrakech y Agadir antes de entrar de nuevo en el Atlántico.
Hace un día bíblico para disfrutar de Marruecos desde el aire y dar un repaso a esa gran cordillera de cuasi 2000 kms de largor –imitando a Les Luthiers- que es el Atlas que se extendía, según los antiguos,  desde las columnas de Hércules al Norte al Jardín de las Hespérides al Sur.

Las cordilleras del Atlas forman un sistema montañoso lineal que se extiende a lo largo de más de 2000 km y que constituye la manifestación más meridional del Sistema Alpino Mediterráneo, limitando al sur con el Africa estable. En su parte occidental, en Marruecos, se distinguen dos cadenas de pliegues y cabalgamientos, el Medio Atlas orientado NE-SW y el Alto Atlas orientado aproximadamente E-W (Figs. 1 y 2).

En el primer tramo un mar Mediterráneo espectacular, brillante, luminoso, con rizos en superficie que asemejan  telarañas cruzadas, vórtices de Karman, meddies, ríos de sombras como serpientes aquí y allá.
 En el horizonte se ve el perfil de las Baleares y bajo nosotros cruzamos sobre tres pequeños islotes que confirmo en Google Earth se tratan de las Islas Columbretes.
El continente nos deleita con un Mar de Alboran haciendo rizos y giros con sus bordes. Entramos a la altura de la Provincia de Nador con el promontorio de Melilla a nuestra izquierda.
Debajo nuestro los reflejos de las lluvias caídas sobre Marruecos nos permiten distinguir con claridad al Oued Amekrane bajando hacia el litoral desde la cordillera del Rift dejando entrever aquí y  allá afluentes y terrenos inundados.
Un urbanismo rural caótico se vislumbra en las lomas de estos relieves tan fuertemente contrastados, con unos llanos litorales  100 x 100 agrarios y unas lomas ocupadas por caseríos cuasi medievales.
Sobrevolando el Rift los destellos de una presa incrustada entre sierras -el Barrage Asfalou- nos indica el tono de este vuelo donde la hidrografía, desde las altas cumbres nevadas hasta los ríos desembocando en el litoral, será la protagonista.
El siguiente gran embalse es el Barrage  Idriss  1er., catalogado como espacio protegido (SIBE, Sitio Interés Biológico Especial) que destaca en primer plano con un fondo de cordilleras nevadas.
Tenemos enfrente a las cumbres del extremo nororiental del Atlas Medio marroquí, con cimas que superan los 3000 metros y donde destacan los hitos del Jebel Bou Iblane y Bou Naceur, enmarcando la gran planicie sedimentaria del Missour, una gran cuenca interior donde los príncipes saudíes financian un gran Centro de Recuperación de hubaras norteafricanas, parientes de las majoreras mientras los americanos exploran su subsuelo en busca de bolsas de petróleo.
Como un relieve independiente nos aparece en el horizonte el Jebel Tichoukt, con la ciudad de Boulemane en su base sur, también SIBE por albergar algunas de las mejores representaciones de los cedrales del Atlas, unos espectaculares árboles parientes del Cedro del Líbano que espero-sueño ver algún día.  Como dice Kapuscinski... "Al fin y al cabo, el viaje no empieza cuando nos ponemos en ruta ni acaba cuando alcanzamos el destino."  (Viajes con Heródoto. Cap.7: La memoria en los caminos del mundo.)
Mientras cruzamos los grandes plateaux agrarios irrigados en torno a Fes y Beni-Mellal – el plateau de Tadla cruzado por los meandros del Oued Oum er Rbia-se vislumbran las nevadas  montañas de la Cordillera Central del Atlas desde el jebel Azourki al Tirzal, al este del paso –o col- de Tizi n´Tichka. 
En el viaje que hicimos a Marruecos en 1998 y nos trasladó desde la vertiente norte del Atlas a la cuenca del Ouarzazate,  compré allí -en el Palais de Tichka- un diente de tiburón fósil   allá en el Alto Atlas marroquí, posiblemente perteneciente a Carcharodon, un gigantesco tiburón de más de 20 mts de largo que también vivió entre los litorales del archipiélago y sus paleoislas.
Un relieve levantado como una cubeta, en el contacto entre el llano y las montañas nos sorprende.
Al mirarlo en plano (ver pág. 122)  parecen como ojos ribeteados de antiguos dinosaurios pero son unas estructuras geológicas espectaculares, unas cubetas sinclinales de edad jurásico-cretácicas que se encuentra al lado del pueblo de Ait-Ourir, al este de Marrakech y que son atravesadas como un cuchillo por uno de los  afluentes  que hunde sus valles en el Alto Atlas Central, el Oued Zat, que desemboca en ese otro gran rio marroquí que es el Oued Tensift .
Con Marrakech bajo nuestro avión, el Oued Ourika se hunde entre valles que bajan desde la vertiente norte del Alto Atlas Central donde a la izquierda y derecha de la imagen destacan los planos y altos plateaux  de Yagour y Oukaimeden y en el horizonte el punto más alto de esta cordillera y de toda África, el Jebel Toubkal con 4167 mts.
Detrás de él ya colindante con los relieves saharianos aparece también nevada la cordillera del Jbel Siroua. (Continuará)

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