Me llega este email del amigo Marcos Salas:
“Lo primero es mandarte una serie de fotos que
he sacado este verano en Villajoyosa (Alicante), sobre un drago centenario que
se cultivaba en unas huertas y que la urbanización de todo el litoral levantino
casi ha matado.
Como
verás por la foto escaneada que te mando, el drago aparece en un texto clásico
de la botánica Alicantina: Flora y
Vegetación de la provincia de Alicante, de Abelardo Rigual Magallón. La
obra es de 1967, pero no fue editada hasta 1972, y se ha escaneado de la
edición de 1984, así que no sé la fecha exacta de la foto.
Las que saqué este verano muestran que el árbol
está casi muerto, pero en el extremo de algunas ramas se ven algunos brotes,
así que puede estar todavía vivo.
Hay un
drago menor creciendo junto al viejo. Parece que tiene algunos decenios, por lo
que puede ser un hijo natural del grande.
Como sé que a ti te gustan estas cosas en tu
blog, y no tienen mucha cabida en el mío te envío las imágenes por si quieres
hacer alguna entrada. Si necesitas más información no dudes en solicitarla.”
Y me he puesto a ello.
Ganas de visitar muchos de ellos no me han
faltado y sobre todo los dragos
lisboetas. Los primeros dibujos de dragos se hacen a partir de ejemplares cultivados
en esta ciudad. Ya
Carolus Clusius cuando describe Draco arbor
lo hace a partir de un ejemplar que observó en uno de los conventos lisboetas
de su época.
Y
fue en Lisboa donde llegaron a prosperar de tal manera algunos dragos que
muchos contemporáneos llegaron a acusar a Vandelli de ser uno de los promotores de su expansión
como un peligro.
A
Domingos Vandelli se le encargó la
reconstrucción del jardín real de Lisboa, destruido en el terrible terremoto
que destruyo la ciudad en 1755. Procedente de Padua eligió las colinas de
Ajuda, donde se instaló el rey para diseñar el nuevo Jardín Botánico.
Además
de a los jardines botánicos, verdaderas instituciones donde se cultivaban y
estudiaban las especias y yerbas que llegaba de todas las partes del mundo también
la clase dirigente de aquella época presumía de sus jardines compitiendo entre
ellos por alcanzar la máxima diversidad y rareza entre sus ejemplares.
Fueron
los jardines europeos los primeros lugares donde los naturalistas vieron el
Draco arboris sanguinis. Jardines de Lisboa, Ámsterdam, Viena,
Berlín, Nápoles, Madrid, Cádiz acogieron
a semillas y a ejemplares de estas especies de dragos que permitieron convivir
a ejemplares de distintos lugares.
Así
en Nápoles, la morfología de los allí crecidos hicieron pensar en una especie
distinta Dracaena boerhavii de Michelle Tenore.
La gran diferencia de forma que presentan el drago dibujado por Clusius en 1564 y el dibujado por Vandelli en 1768 hacen pensar en dos ejemplares de origen y procedencia distinta.
Entre
los dragos más espectaculares se encontraban
sin duda los presentes en el Jardín Botánico de Ajuda, del cual fue
director Vandelli y que también albergó al Gabinete de Historia Natural y a una
de las primeras bibliotecas de Lisboa.
El
origen de muchos de los dragos lisboetas es claramente el archipiélago de
Madeira. Así lo refrenda uno de los directores del Jardín de Ajuda,
MELLO-BREYNER que publicó un artículo en la revista La Nature (Les dragonnier du Jardín Royal du palais d´Ajuda, nº 341-13, dic. 1879)
y que afirma que la grandeza y porte contemporáneo de muchos de los grandes
dragos de Lisboa y el del propio jardín solo se podrían explicar si ser realizó
un trasplante masivo de grandes ejemplares, en algún periodo y que él presume
vinieron de Porto Santo y los islotes que lo bordean.
Porto
Santo, cuyo escudo heráldico tiene la figura de un dragoeiro, fue un santuario de dragoeiros hasta el siglo
XVII pero a finales del XIX Carlos A. Menezes ya solo da referencias para tres o cuatro
individuos sobre las rocas inaccesibles de Garajau, en el interior de la isla.
Pero
posiblemente muchos de los dragos lisboetas tienen su origen en el archipiélago
de Cabo Verde.
Por
si alguna vez vuelvo a Lisboa, confeccioné hace un tiempo este mapa de localizaciones
de dragos en Lisboa y ciudades cercanas.
De
momento muchos ya los conozco online y sus historias merecen ser contadas.
Al
igual que éste que me envía Marcos desde Villajoyosa en Alicante y al que agradezco
el detalle.
La
razón de este blog fue compartir vivencias con la Naturaleza de las Islas. Allá
donde ella vaya habrá que ir. Pero con los tiempos
Rajoyanos que corren mejor contar con buenos amigos que compartan contigo sus viajes.
O
sea que…¡¡ anímense y manden fotos desde Lisboa..¡¡
Interesantes notas y citas de lugares. Gracias por la labor con tal arbol unico y sagrado.
ResponderEliminar