domingo, 19 de noviembre de 2023

206. Un poco de cartografía


Mientras Begelteuse y Rigel caen hacia el oeste bajo un frio manto de nubes oscuras, observo a mis vecinos madrugadores. Esta madrugada hay nuevos participes en este amanecer. Los dos últimos pisos, a mi derecha, frente a la pastelería Sant Medir lucen su ventanas iluminadas. Otros días atrás no las he visto.

También otro, uno de los de en medio de los edificios que dan a la plaza de Joanic también están despiertos. La que nunca apaga todas sus luces es la vecina del 1º . Alguna oscura razón hace que nunca apague una de su luces.

¿Será posible hacer una cartografía de madrugadores? Por ejemplo, J. ya ha salido a la calle. Y eso que aun no son las cinco y media. Esta seria una cartografía de círculos concéntricos. Primero mi edificio, luego la primera línea frente al gran ventanal. Después los que despliegan sus fachadas a Joanic y a Pi i Margall. Mas hacia el fondo toda esa avenida que sube hacia Ronda Guinardó, expuestas al oeste. Después los lejanos, los de la subida a monte Carmel y el Turó de la Rovira, aquellos que son los primeros en recibir los rayos del sol y que refulgen con sus primeros rayos.

Después los que se dejan ver mas allá del carrer de Bruniquet, en medio de los vacíos urbanos no edificados, esos vacíos residuales inexplicablemente no rellenos que permiten a las gaviotas y a las palomas volar entre pasillos de edificios a la altura de la vista de su residentes.

Se puede elaborar una cartografía de cualquier cosa. Solo hace falta una cierta obsesión espacial por ordenar y leer tu entorno. Una forma de orientar la maquina de crear pensamientos que siempre te acompaña. Una cartografía del madrugador. Qué cosas se me ocurren….

(Texto escrito el miércoles , uno de diciembre de 2021)

lunes, 30 de octubre de 2023

205. A la sombra de un árbol

Los ágoras ciudadanos, allí donde se reúnen cuatro amigos o vecinos para charlar, jugar a las cartas, observar el paisaje o recordar a los que ya se fueron, no suelen ser grandes plazas ni amplias avenidas. Son lugares discretos, hechos a escala humana, un pequeño banco, el borde de un muro, la esquina de un cruce de calles, un ribanzo al borde de un barranco…

Y, en todos estos lugares, siempre habrá un árbol, del tipo que sea, una palmera espigada y esbelta, ya sea canaria o californiana, un eucalipto desgarbado, con sus ramas bifurcadas y sus hojas de espada cimbreándose al viento, un pirulero elegante, cual sauce llorón, meciéndose con la ligera brisa y desprendiendo ese picante aroma a especias de países lejanos. Los he visto en San Roque, en San Antonio, en La Cornisa, en Tenoya, en Schamann, en Los Ayacuchos, en Las Chumberas, en Lomo Apolinario, en Las Rehoyas, en Los Tarahales.
https://goo.gl/maps/H21bc1sYiPvPoVjH6

https://goo.gl/maps/KpDZqqtWPbMN5SBt6

https://goo.gl/maps/tKaCazDNmvBm1Vxz6

https://goo.gl/maps/H1hK85miGhcjSfE59

https://goo.gl/maps/q1wLAkaGjuduEQFS9
Esas pequeñas tertulias locales están diseñadas a una escala que escapa a la inmensidad de las operaciones urbanísticas que responden a otros intereses. La escala del ágora local es sencillamente la sombra de un árbol. A su sombra se convive y se descansa, se observa y se comenta, se saluda y se recuerda. No son necesarias grandes obras ni diseños espectaculares. Un árbol y un lugar donde sentarse, un pretil, un banco de madera, un muro, unos bloques de a doce…

Desde allí se pasa la vida, se cuentan historias, se recrean anécdotas, sencillamente se disfruta del placer de la convivencia ciudadana. Siempre, eso si, a la sombra de ese árbol. Por eso un árbol es infraestructura, es diseño y proyecto ambiental, dejarlo en su lugar y respetarlo es estar haciendo urbanismo, es estar creando ciudad.

( En la foto, Carmelita y Bartolomé Trujillo, Juanita Hernández y Juan Granado (Q.e.p.d.) a la sombra del Nogal de Los Cubanos, frente del jardín de Corvo)

jueves, 12 de octubre de 2023

204. El turista aero-geológico

El cielo estaba despegado en este lunes de octubre en el que partimos de nuevo para las islas. El ritual del vuelo siempre nos engancha. Salida hacia la pista LEFT, dirección Casteldefels, ventanilla izquierda, asiento 34A.

Todo preparado para otro vuelo descubridor de paisajes inéditos y aventuras aero-geológicas. No sé porque aún nadie ha patentado los tours aero-geológicos sobre un territorio tan espectacular y variado como el de la Península Ibérica. Grandiosos panoramas geomorfológicos se desplazan bajo nosotros a una velocidad agradable permitiendo recrearte en los detalles, regresar con la mirada a esa estructura inexplicable que se aleja bajo tus pies, mientras estás sentado agradablemente.

Las nubes marítimas se frenan en las sierras prelitorales al dejar atrás la costa de Tarragona, donde los conjuntos industriales de las centrales nucleares de Vandellós surgen amenazadoras cerca de la zona urbana de Calafat.

Las nieblas que se disipan al frente de este mar de nubes se recortan en los perfiles de las cordilleras y sierras que se levantan en torno a la fosa del Ebro, que se estira contra el fondo del relieve como una serpiente plateada que baja hacia su delta.

De repente, entramos en una geomorfología abigarrada de viejos macizos hercinianos, arrugados y deformados por líneas de sinclinales y anticlinales, que se apretujan como una tarta escachada contra el suelo Estas montañas ibéricas, en contacto con el prelitoral catalánido, son una joya paisajística. Ningún recorrido geológico a pie le hará nunca la justicia adecuada a estas maravillosas geoformas.

Bien decía Saint-Exupery que el avión es el mejor modo de reconocer las bellezas de la Tierra.

Las calizas en forma de tarta que se quedan atrás, recortadas contra las masas vegetales oscuras que solo las dejan entrever, permiten disfrutar de pequeños macizos montserratianos, con estructuras redondeadas como las que se observan en el estrecho de Arnés.

Parque Natural de Los Puertos

La Sierra de Albarracín, el Maestrazgo aragonés, se despliega como un inmenso cuadro de Antonio López aún por dibujar. Extensos altiplanos y montañas, dignos muestrarios del Cretácico y del Jurásico ibérico se explican abiertamente deseosos de ser interpretados. Fuerzas descomunales, contradictorias, después rellenas y desalojadas por la fuerza del clima y la hidrología te llevan de la mano.

Este macizo de la Sierra de Albarracín es un castillo geológico inexpugnable. Encajado entre la depresión del Ebro y el altiplano gélido de la Fosa de Teruel te muestran analogías que te parecen al principio inexplicables. Desde estas alturas, sus calizas arrugas parecen surcos de cultivos de los dioses, hendiduras y cicatrices de un casco de hierro que se hunden centenares de metros en este llano creado por las fuerzas históricas de las aguas y ríos de esta sierra.

¿Qué es esa montaña con forma y rebordes de Patella que se eleva frente al caserío aragonés de Ejulve?

¿Qué son esos extraños hoyos, inmensos, que te recuerdan a fosas o canteras alineadas ahí abajo en Bronchales?

Las respuestas llegaran en casa cuando descubres que esas morfologías responden a ambientes morfoclimáticos periglaciales o a modelados kársticos que se presentan en forma de hoyones, dolinas y pozas al igual que si fueran jameos de coladas volcánicas canarias.

Los llanos turolenses muestran la fuerza del modelado detrítico representado en esas morfologías de manos con lomos y cárcavas que se rodean de los colores rojos de las arcillas terciarias, rojizas, y que se te presentan en los bordes de los ríos fluviales y mansos que bajan por este valle.

Alfambra, en la cabecera del cauce que fluye hacia el oeste, te lo explica en su nombre. Al Hambra, voz árabe que se traduce como La Roja, ciudad del páramo turolense que se rodea de esta pátina de tonos rojos indescriptibles.

Pdt: Reseña del vuelo del Lunes, 6 de octubre 2019.



domingo, 8 de octubre de 2023

203. Fly over Barcelona



Otros cinco minutos más frente al ventanal de la galería. Amanece en rosa y celeste. Algunos vecinos madrugadores ya encienden luces. El murciélago ya se fue y las gaviotas dejan ver su silueta sobre los árboles del Paseo de San Juan.

Años después, todo parece novedoso. Permanecen las siluetas urbanas y las del Tibidabo. Suenan los mismos cantos de tórtolas rulando desde primera hora. 
De Barcelona ya podría elaborar mi propia cartografía. Lugares que al llegar me sorprendían y hoy ya están integrados en mi mapa mental de esta ciudad. Lugares que evocan emociones, encuentros y disfrutes o angustias vividas. Carlos está ahora en el paralelo 60, nosotros siempre regresando desde  el 28 a este paralelo 41. Como las aves migratorias que regresan cada año después de un viaje aventurero.

Miro este skyline con obsesión de pintor paisajista. Repito descripciones porque ninguna me parece la definitiva. Como Rusiñol repitiendo el mismo jardín. Cada vez con distinta luz, desde otro ángulo, tratando de extraerle toda su alma. De recrearlo porque no parece suficiente vivirlo sino expresarlo. Dejarlo escrito. Definirlo



domingo, 25 de junio de 2023

202. Palmeras caidas

 

Nuestras palmeras solo parecen  desear que estimes su presencia. Te cortejan con sus formas, con sus colores, con sus susurros al viento.

Sólo saben estar quietas. Rellenan su espacio y lo extienden todo lo que pueden.

Hasta su sombra, al ritmo diario del sol, pretende alargar su discurso en silencio. 

No pueden aspirar a más.

Se afanan por ser útiles  allí donde están. 

Convocan a pájaros y lagartijas con sus frutos coloridos. De esos poderes  dependen para perpetuarse. 

No pueden huir. Sólo viven del valor de su presencia.

Se saben frágiles y efímeras. Pero no pueden mejorar su situación.

Su vacío deja un inexpresivo silencio. 

No queda huella de su existencia. Quienes le recuerdan también morirán.

Solo la longevidad les permite existir. Por eso quieren y deben seducirte.

Y por eso se esfuerzan en ser bellos, gigantes, sonoros, útiles...

Pero cuando no lo consiguen desaparecen sin más...

Pdt: Un recuerdo para las últimas palmeras caidas, la de la calle La Tosca (antes/ahora),  en San Lorenzo, la del Camino de Los Pérez en Tafira Baja, la del Batán (antes/ ahora), al lado del molino del Guiniguada, las dos del Colegio San Juan Bosco (antes / ahora)...

jueves, 22 de junio de 2023

201. Veneguera: un mal sueño


(Fuente de la imagen de tabaibal: Rafael Peñate Navarro, en Google Earth)

 Hace unos días nos remitían una secuencia de imágenes de Google Earth, de junio de 2023, donde se observaba el arrasamiento de laderas repletas de tabaibas dulces en el Lomo de Los Tabaibales, entre Veneguera y Mogán.


La sorpresa fue mayúscula.
Esa acción devastadora se realizaba en el interior del Parque Rural del Nublo, declarado zona ZEC en la Directiva Hábitat, con su plan de gestión aprobado y sobre zonas categorizadas como ZONA A de conservación prioritaria.
Después de varias vías de búsqueda de la sinrazón de este disparate concluimos que presuntamente tenia relación directa con el convenio firmado en 2016 entre el Cabildo Insular de Gran Canaria y Lopesan, un convenio de gestión ambiental que persigue la “restauración forestal” de aquellos lomos identificando dos unidades forestales, una de pinar en la parte alta y otra de formación termófila en los tramos medios e inferior de aquel macizo.

¿Qué sentido tiene arrasar una formación vegetal única para sustituirla por otra?
Casi 40 hectáreas de tabaibales dulces han sido arrasado como consecuencia de una mala decisión técnica y política.
La paradoja es que Veneguera era uno de los lugares símbolos de la lucha ecologista pro-conservación de nuestra isla.
Nunca, en mis años de trabajo en conservación pensé que llegaría la jubilación contemplando un desastre como éste a las puertas.
Porque aún quedan otras 400 hectáreas de repoblación/destrucción por ejecutar...
Time to die que diría Roy.



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