Caen los actuales en nuestros jardines y han caído ya los añejos.
No sé qué mal designio les acecha que en llegando a los siglos XX y XXI cuando mayor conciencia ambiental parece haber, más rápida y sigilosamente se van por el sumidero de la destrucción.
Hoy les voy a hablar de dragos que vivieron en El Toril ese rincón que queda al borde del Guiniguada entre las actuales calles del Castillo y la de Juan de Quesada y que acoge en sus traseras porciones con arboledas que merecieron llamarse Jardines de El Toril o el Toril verdeante.
Escondido entre edificios resaltaban estas enormes figuras arboladas, verdadera infraestructura natural para una ciudad culta, entre viejos edificios señoriales como esta trasera de la casa del Obispo Verdugo.
Quedan lo que parece un inmenso laurel de indias, crecido libre de podas y también destacan una palmera canaria, un drago y un ejemplar de árbol tropical aún desconocido para mí.
Y cuando realizo la prospección histórica, cuando reviso esos archivos digitales que nos hacen refrescar la memoria, veo que fueron cuatro los dragos de El Toril.
El nº 1. llegó en pie al menos hasta 1927.
(Fuente : Archivo Fotografia Antigua FEDAC)
El nº 2 , el que parece más espectacular, resistió hasta Marzo de 1994 ¡¡…aunque aún albergo la esperanza de que esté vivo bajo la amplia copa del laurel de Indias¡¡¡.El nº 3 cayó en 2004 con las obras de una promoción de viviendas que realizó la empresa POLICAN y que fue denunciada por los viejos amigos de DEPACA en la prensa y donde hablan de la errónea descatalogación que llevó a cabo el Ayuntamiento a favor de la destrucción del antiguo garaje y cocheras y la arboleda que le acompañaba (un ombú, dos palmeras canarias, dos dragos).
Dragos a la espera de ser catalogados, de permanecer como ejemplo para unas cuantas generaciones, de no desaparecer bajo el olvido de sus conciudadanos y de las administraciones encargadas de velar por ellos.
Para más info:
Es muy tiste que se utilicen algunos dragos como reclamo turístico y que, en cambio, otros se talen o se dejen morir.
ResponderEliminarSaludos
!Qué buen trabajo Carlos! !Y qué pena la pérdida de esos jardines "secretos" que aún perviven: Ojos que no ven...!
ResponderEliminarPues no me resigno¡¡¡ Al menos los que cayeron para permitir edificar deberian ser considerados como crimenes contra la flora canaria (nueva figura delictiva a incorporar a la jurisprudencia) ..
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