domingo, 3 de julio de 2011

133. Macizo de Amurga: en busca del mocán ( y van 3..).

Ver en Panoramio.
Quizás sea tan solo una quimera.
El encuentro con el mocán de Amurga se resiste y tan solo afianzamos el recuerdo del pastor sobre lo que le contaban sus abuelos de rehalas de bestias bajando cargas por el Lomo de La Madera.
Pero mientras tanto en cada excursión descubrimos algunos aspectos nuevos de este macizo imponente.

Este Barranco de Los Ahogados se manifiesta como un lugar con umbrías, microrefugios con helechos y musgos donde crecieron libélulas de las que solo quedan ya sus transparentes exuvias, con charcas con ñameras y macrófitas acuáticas – hemos recogido algún pliego para determinar si son Ruppia o Potamogeton- que oxigenan aguas repletas de ranas y typhas.
Esta vez fue ir en busca de un árbol escondido en un tabuco, refugiado en una sombra cuasi permanente, aislado por arriba y por abajo por caideros inaccesibles y por riscos en tajo donde como contraste crecen áridos cardones y plantas xerófilas de por demás.
No era ni mocán, ni escobón , ni acebuche, ni tarajal..Allí abajo, con las raíces siempre humedecidas por el agua que guarda un pilancón impermeable, sobrevive un ejemplar de sao recordando las potencialidades boscosas que quizás tuvieron estos paisajes del sur.
Y para recordarnos donde estamos, ejemplares de esta preciosa libélula Ischnura sahariensis se mueven lentas y parsimoniosas alrededor de estos charcos y lugares umbríos.
“Aquello que se propone a la imaginación como posible o verdadero, no siéndolo”.
Así recoge el Diccionario de la RAE una de las acepciones del término quimera.
De momento el quimérico mocán de Amurga sigue vivo en nuestra imaginación como la mejor excusa para salir de excursión de vez en vez.

1 comentario:

  1. De muchas quimeras han nacido grandes descubrimientos, aunque sea por vericuetos inesperados, así que ánimo Carlos...

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