Más efímero que el verdadero pero este Guggenheim de Arguineguín duró al sol del atardecer tan solo unos cuantos días.
Las conchas holocenas del entorno de la cementera que encontramos llevan allí miles de años pero esta obra efímera de la arquitectura industrial se fue con la luz del atardecer.Me permitió recrearme lo suficiente como para hacerme a la vana ilusión de disfrutar de un Guggenheim local, hecho de brillos metalizados y luces y sombras de tonos palidescentes.
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