lunes, 13 de diciembre de 2010

112. El gato del Doctor.


¡No me digan que no es para emocionarse¡
Mi compañero de andanzas universitarias, Antonio García Gallo, desempolvó de la hemeroteca del CANARIAS-7 como materia para su Curso en el Centenario de la muerte de Eric Sventenius un viejo artículo que les adjunto en formato jpg de los años 80, olvidado ya.Era un texto escrito para el aniversario de Sventenius inspirado en su amor por los gatos y en nuestros encuentros con algunos de ellos alrededor de su tumba.
Hasta donde fue real o pura ficción lo que escribí en aquellos días no lo puedo recordar.
¡¡ Por eso, cuando el otro día de visita en el Jardín Canario, tomé estas instantáneas no pude menos que inquietarme¡¡
Allí estaba un viejo gato, merodeando alrededor de la estatua del Doctor, como si aún le quedasen vidas por vivir a aquel del que hable en los años 80.
¿Será o no será la reencarnación de uno de aquellos legendarios gatos que vivieron con Sventenius?
Lo que es seguro es que habrá que seguir visitando esa joya de nuestra isla que es el Jardín Botánico Canario Viera y Clavijo para seguir emocionándose como yo lo hice en este último sábado….¡aunque tan solo sea con el ronroneo de un gato alrededor de una vieja estatua de un sabio dibujando flores¡

1 comentario:

  1. Antonio García Gallo15 de diciembre de 2010, 14:02

    Pues si querido Carlos. Es realmente emotivo. Es como si los gatos canariones hubieran incorporado en sus genes generacionales el mensaje de amor de Sventenius por su raza. Y allí van a hacerle compañía.
    Para quien le pueda interesar (a ti ya te lo he comentado), el curso sobre el centenario de Sventenius, en cuya documentación incluí tu artículo, fue auténticamente enriquecedor y de excelencia universitaria. Sin necesidad de ponerle el nombre en inglés aunque todos los ponente hablen en español (yo me entiendo). Ahora estamos con el compromiso de transformarlo en un pequeño libro para disfrute de todos/as, que, si llega a buen término, bien podría presentarse en Las Palmas.
    Bueno, hermano, te espero en esta Laguna, patrimonio de todos, para echarnos un vaso de vino que nos reconforte del frío y recordar esas andanzas de nuestros años universitarios. Ustedes se fueron a su isla natural y yo me quedé en la mía y en mi ciudad y en nuestra Universidad. Y desde hace más de treinta años me enfrento todos los días inexorablemente a los recuerdos. ¡Cómo pesan los años y la nostalgia!

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Compartir