(Vitrinas del Museo Geológico del Seminario Conciliar de Barcelona)
Porque estuvieron.
Primero vimos sus
muestras fosilizadas, celosamente guardadas en las vitrinas del Museo Geológico
del Seminario Conciliar de Barcelona, amablemente mostradas por el Padre SebastiánCalzada, actual Director, y sus compañeros y que merece más de una visita para conocer todos sus
tesoros.
Fueron hojas de Laurus,
Persea, Myrica, Ilex…, plasmadas en margas y areniscas pliocénicas
recolectadas en numerosos yacimientos paleontológicos, muchos de ellos cercanos
a la actual Barcelona.
(Vitrinas del Museo Geológico del Seminario Conciliar de Barcelona)
Y después en la
recolecta bibliográfica se muestran en estos sugerentes textos de otro director
del Museo, el Padre Almera en 1894. Que,
además se permite una ilustración alegórica de aquel vergel vegetal, ubicado aquí
en los bordes marítimos y fluviales del entorno del antiguo Llobregat, desde
las faldas de la actual Collserolla.
“Contribuía á dar variedad al
pliocénico panorama de esta costa, tan caprichosamente festoneada, por una
parte la isla miocénica de Montjuich, que cual arrogante atalaya se alzaba en
medio del mar á unos 2 kilómetros hacia el SE. de la costa, y por otra la exuberante y tropical vegetación forestal,
que vestía de verde continuamente la cumbre y vertientes así de la isla como de
los montes circunvecinos.
Todo esto comunicaba a la comarca, por lo que
mira á la topografía una configuración parecida á la que presenta la de Cette
(Francia) actualmente, y por lo que
respecta á la vegetación, una fisonomía análoga, como diremos, á la que
ofrecen en la actualidad las islas Canarias, Madera y Azores, acusando lo mismo
que la fauna un clima más benigno que el actual y tan favorable al
desenvolvimiento de la vida, como lo es el de aquellas floridas islas en medio
del Atlántico esparcidas.”
“No se veía, como en la actualidad, en primera línea el desgreñado Pino
silvestre con su cortejo de .arbustos y coscojas propios de terrenos secos y de
climas menos suaves, sino el esbelto Plátano, el risueño Aliso, el frondoso
Arce, el inquieto y plateado Álamo, el verde Laurel con sus afines, y otros y
otros que con su frondosidad, y gracias á la poca desigualdad del clima en las
estaciones, hacían de estos contornos una morada gratísima á la vida animal en
todas las épocas del año, comparable sólo con la que se disfruta actualmente en
las islas Canarias y Madera, ó en las regiones de Oriente.
(Jaime Almera, 1894. Pliocénico del llano de Barcelona, pg. 309- 310)”
Ahora nos queda -a lo mejor con la ayuda de mis nuevos Amics del Museu- ir als camps catalá a buscarla….
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