Otros cinco minutos más frente al ventanal de la galería. Amanece en rosa y celeste. Algunos vecinos madrugadores ya encienden luces. El murciélago ya se fue y las gaviotas dejan ver su silueta sobre los árboles del Paseo de San Juan.
De Barcelona ya podría elaborar mi propia cartografía. Lugares que al llegar me sorprendían y hoy ya están integrados en mi mapa mental de esta ciudad. Lugares que evocan emociones, encuentros y disfrutes o angustias vividas. Carlos está ahora en el paralelo 60, nosotros siempre regresando desde el 28 a este paralelo 41. Como las aves migratorias que regresan cada año después de un viaje aventurero.
Miro este skyline con obsesión de pintor paisajista. Repito descripciones porque ninguna me parece la definitiva. Como Rusiñol repitiendo el mismo jardín. Cada vez con distinta luz, desde otro ángulo, tratando de extraerle toda su alma. De recrearlo porque no parece suficiente vivirlo sino expresarlo. Dejarlo escrito. Definirlo
No hay comentarios:
Publicar un comentario